Ectracto del libro L'Oscillation Cellulaire, de Georges Lakhovsky, de la edición francesa. DANIELLE BOULOIS EDITIONS (11 de febrero de 2013). El caso presentado es del Dr. Raúl Araujo, médico jefe del Hospital Profiláctico de Montevideo
Estella... Montevideo. 54 años de edad.
Diagnóstico: neoplasia localizada en el deltoides derecho.
El 3 de noviembre de 1929, vino a verme una mujer que estaba enferma durante 4 años, se observa un tumor grande en el brazo derecho. Tomo nota de que el tumor del deltoides derecho abarca de su inserción en el humero hasta la escápula, tumor encapsulado, con nodos satélite en la axila.
La paciente no puede mover los brazos o trabajar para vivir. Le doy un collar Lakhovsky (BioCeles) y voy a ver de nuevo después de veinte días: me comenta al darme la mano, que ahora puede mover los brazos. Casi no tiene dolor, los nódulos linfáticos han reducido su tamaño. Un mes más tarde, el 23 de diciembre, la ví y me encuentro con una de sus sobrinas en su brazo enfermo. Ella tiene un buen color de rosa. Ella comienza a retomar su negocio de bordado.
Lo envío a un hospital en Montevideo para examinar las radiografías con doctores, no puedo creer su enorme mejora. Afortunadamente, se puede comprobar el tamaño del tumor con antiguas radiografías y se observa que este se ha reducido hasta menos de un tercio del músculo deltoides, al lado de la escápula. No tiene ganglios doloroso. La paciente se encuentra es muy feliz.
En febrero de 1931, la veo de nuevo, se encuentra bien.
Estella... Montevideo. 54 años de edad.
Diagnóstico: neoplasia localizada en el deltoides derecho.
El 3 de noviembre de 1929, vino a verme una mujer que estaba enferma durante 4 años, se observa un tumor grande en el brazo derecho. Tomo nota de que el tumor del deltoides derecho abarca de su inserción en el humero hasta la escápula, tumor encapsulado, con nodos satélite en la axila.
La paciente no puede mover los brazos o trabajar para vivir. Le doy un collar Lakhovsky (BioCeles) y voy a ver de nuevo después de veinte días: me comenta al darme la mano, que ahora puede mover los brazos. Casi no tiene dolor, los nódulos linfáticos han reducido su tamaño. Un mes más tarde, el 23 de diciembre, la ví y me encuentro con una de sus sobrinas en su brazo enfermo. Ella tiene un buen color de rosa. Ella comienza a retomar su negocio de bordado.
Lo envío a un hospital en Montevideo para examinar las radiografías con doctores, no puedo creer su enorme mejora. Afortunadamente, se puede comprobar el tamaño del tumor con antiguas radiografías y se observa que este se ha reducido hasta menos de un tercio del músculo deltoides, al lado de la escápula. No tiene ganglios doloroso. La paciente se encuentra es muy feliz.
En febrero de 1931, la veo de nuevo, se encuentra bien.
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